Fernando Ortiz, Gerente de Desarrollo de Negocios de Iberoamérica

Fluctuaciones en el mercado porcino mexicano: influencias y necesidad de adaptación

Durante las últimas 10 semanas, el mercado mexicano de carne de cerdo ha sido testigo de fluctuaciones significativas en los precios del peso vivo. Estas variaciones se pueden atribuir a una variedad de factores, con influencias clave derivadas de la demanda interna, las importaciones y los desafíos de salud.

El último reporte lo habíamos destacado como un inicio de repunte del precio, ubicándose en torno a los 29 pesos/kg ($0.78/lb) a fines de mayo, con incrementos promedio entre 3 y 7% semanal, alcanzando un techo por encima de los 37 pesos/kg. ($0.98/lb) durante la tercera semana de julio. Sin embargo, las últimas dos semanas el precio ha presentado estabilidad, y actualmente se encuentra en 36.92 pesos/kg. ($0.98/lb), esto es un aumento de más del 27% desde el último informe.

La demanda interna ha desempeñado un papel fundamental en la configuración de los precios de la carne de cerdo. A medida que la economía se recuperó y las restricciones de movilidad disminuyeron, la demanda de proteína de cerdo mostró cambios notables. Los períodos de aumento de la demanda interna impulsaron los precios al alza, mientras que la desaceleración de la demanda condujo a la estabilización o incluso a la reducción de los precios. Esta volatilidad de la demanda ha requerido respuestas ágiles de los productores para ajustar eficientemente los niveles de producción.

Las importaciones también han tenido un impacto directo en la dinámica de los precios en el mercado de la carne de cerdo. Los cambios en las cantidades de carne de cerdo importadas de Estados Unidos, un importante proveedor, han influido en la oferta y, en consecuencia, en los precios locales. Las reducciones de las importaciones han ejercido una presión alcista sobre los precios, mientras que los aumentos han resultado en la tendencia opuesta. La dependencia de las importaciones ha subrayado la necesidad de diversificación de fuentes y mayor autosuficiencia en la producción local.

Además, los problemas de salud, como los brotes de enfermedades como el PRRS, han exacerbado las fluctuaciones de precios. Estos eventos sumados a la liquidación de cerdas en algunos sistemas de producción han provocado contracciones en la producción, impactando con ello la oferta disponible en el mercado. Las medidas de bioseguridad y la implementación de programas de medicina preventiva se han vuelto esenciales para mantener la salud del rebaño y limitar el impacto de estas enfermedades en la producción y, posteriormente, en los precios.

Esta dinámica económica caracterizada por la demanda interna, las importaciones y los desafíos de salud han creado un panorama comercial cambiante y exigente para los participantes en el mercado porcino mexicano. La necesidad de adaptación y la implementación de estrategias resilientes se han convertido en imperativos para enfrentar estas fluctuaciones de precios y las cambiantes condiciones del mercado. Los productores han tenido que ser flexibles en su producción, ajustando rápidamente las cantidades y adaptando sus enfoques comerciales para garantizar la estabilidad y la rentabilidad en un entorno económico en constante evolución.

Impacto de un peso mexicano fuerte y apreciado en las exportaciones de carne de cerdo mexicana

El peso mexicano se ha apreciado frente al dólar estadounidense en un 19 por ciento en el último año.

El escenario reciente de un peso mexicano fuerte y apreciado ha presentado desafíos para la industria porcina mexicana, particularmente en términos de sus ingresos por exportaciones. Cuando el peso mexicano gana fuerza y ​​se valoriza más en relación con otras monedas, como el dólar estadounidense, surgen varias implicaciones que pueden afectar los ingresos generados por las exportaciones de carne de cerdo.

En primer lugar, un peso fuerte tiende a encarecer las exportaciones mexicanas en los mercados extranjeros. Esto se debe a que, en un entorno de moneda más fuerte, el costo de los productos porcinos mexicanos denominados en pesos se vuelve más alto cuando se convierte a otras monedas. Como resultado, los compradores extranjeros pueden encontrar estos productos relativamente menos competitivos en comparación con ofertas similares de países con monedas más débiles. Esto puede conducir a una disminución de la demanda de carne de cerdo mexicana en el extranjero, lo que en última instancia afectará los volúmenes de exportación y los ingresos.

En segundo lugar, un peso apreciado puede afectar la rentabilidad de las exportaciones de carne de cerdo para los productores mexicanos. Cuando reciben pagos en moneda extranjera, pero sus costos están denominados principalmente en pesos, el tipo de cambio más alto puede conducir a una reducción de las ganancias al convertir los ingresos en moneda extranjera nuevamente a pesos. Esto puede reducir los márgenes de ganancia y limitar los beneficios financieros de la exportación de productos porcinos.

Además, un peso fuerte puede influir en la dinámica comercial al alentar potencialmente mayores importaciones a México. Dado que el peso mexicano tiene más poder adquisitivo, la importación de bienes de otros países podría volverse relativamente más barata. Esto podría dar lugar a una mayor competencia de los productos porcinos importados, lo que afectaría al mercado interno y posiblemente reduciría la demanda de carne de cerdo producida en el país.

En conclusión, un peso mexicano fuerte y apreciado puede tener un impacto negativo en los ingresos por exportaciones de la industria porcina mexicana. El mayor costo de los productos porcinos mexicanos en los mercados extranjeros, la reducción de la rentabilidad debido a los efectos del tipo de cambio y los posibles desafíos que plantea el aumento de las importaciones contribuyen colectivamente a un entorno menos favorable para las exportaciones de carne porcina del país. El seguimiento de las fluctuaciones monetarias y la implementación de medidas estratégicas para mitigar estos desafíos se vuelven cruciales para mantener una posición competitiva en el comercio mundial de carne de cerdo.

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Este post fue escrito por Genesus